jueves, 16 de mayo de 2013

JAMÓN







A lo largo de la historia la carne de cerdo cobró una gran importancia por un principal motivo: la facilidad de conservación y almacenamiento a través de embutidos. La gran tradición mediterránea de jamones y embutidos es de origen romano y griego, y así lo demuestra nombres como longaniza y salchicha que vienen de los embutidos romanos lucanica y salsicius.
La Dieta Mediterránea es un concepto que va más allá de la utilización de determinados ingredientes o recetas, y encuentra su pleno sentido cuando se asocia al clima, la geografía, las costumbres y los modos de vida de los pueblos del Mediterráneo.
Hoy, la comunidad científica internacional reconoce las ventajas del consumo generoso de aceite de oliva, legumbres, frutos secos, pastas cereales, frutas, verduras, derivados lácteos y pescados, y el uso moderado del vino, cava y carnes frescas y curadas. Algo que ratifica lo que las generaciones pasadas ya habían descubierto hace cientos de años.
Una referencia clave para disfrutar de esta dieta es el jamón ibérico. No sólo es sabroso y suculento, sino que sus propiedades específicas lo definen como un alimento único en el mundo.

El jamón ibérico de bellota es un alimento bajo en calorías y con un gran rico aporte de vitaminas, además de contener un 50% más de proteínas que las carnes frescas.
Debido a su proceso de curación, totalmente artesanal y natural, nuestro jamón es un alimento puro y aséptico cuya carne no sufre ningún tipo de manipulación.
El jamón ibérico de bellota es algo más que un producto gastronómico, es un delicatessen con innumerables virtudes. Además de ser un placer para nuestro paladar actúa beneficiosamente sobre nuestra salud.
El jamón es antioxidante y tiene un alto contenido en vitamina E. Tomarlo junto al tomate dobla sus efectos beneficiosos. La calidad de la grasa del jamón ibérico de bellota es excelente, predominando en su composición el ácido oleico (con niveles superiores al 50%), característico del aceite de oliva. Esto facilita la producción de HDL ("colesterol bueno") en el organismo, reduciendo al mismo tiempo el LDL ("colesterol malo")
Por tanto su consumo moderado ayuda a mantener un adecuado nivel de colesterol y previene las enfermedades cardiovasculares.
Ofrece un generoso aporte de vitaminas del grupo B, especialmente la B1 y B2; tan sólo 100 gramos de jamón proporcionan el 24% del consumo diario recomendado de esta vitamina. Es rico en hierro, magnesio, zinc y calcio, pero sobre todo en fósforo, aportando el 30% del consumo diario recomendado. Es un alimento recomendado para dietas hipocalóricas ya que 50 gramos de jamón ibérico de bellota, tan sólo aporta unas 150 kilocalorías.
Con el jamón ibérico de bellota, cuidar tu salud es un placer.



El jamón (o anca, pernil, pierna) es el nombre genérico del producto obtenido de las patas traseras del cerdo, salado en crudo y curado de forma natural. Las patas delanteras del cerdo, pese a tener un proceso idéntico de elaboración, reciben el nombre de paleta, o paletilla. Las dos variedades más conocidas de jamón son el jamón curado de España (jamón ibérico, jamón serrano) y el prosciutto italiano.
CONTENIDO NUTRICIONAL (Por cada 100 grs de Jamón Ibérico de Bellota):
Agua: 57,5 grs.
Proteína: 28,5 grs.
Grasa: 14,5 grs.
Hidratos de Carbono: 0 grs.
Fibra: 0 grs.
Valor Calórico: 242 kcal.





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